Aqui donde los verdes son de todos los colores....

Aqui donde los verdes son de todos los colores....
La vereda Omega siempre nos regala a la llegada este paisaje

viernes, 14 de noviembre de 2008

SALIDA Y LLEGADA



Como estaba predispuesto, emprendimos el viaje a Omega, el 10 de agosto. Al llegar al terminal compramos los tiquetes del mixto que iba para Chapinero, el cual nos dejaba en el cruce de Omega, en el cual se encontraban dos caminos: el que dirigía a Omega y el que seguía para Chapinero.

Minutos antes del viaje la nostalgia y tristeza invadían nuestros corazones, algunas lágrimas brotaron de nuestros ojos, pero aún así la expectativa hacia el trabajo era demasiada y la ilusión de conocer la vereda y la gente, aún más…

De esta forma, abordamos el mixto a las 12:10 pm y éste hizo su primer arribo en la Plaza de San Pedro, en donde recogió más gente. Así pues, el vehículo completo su cupo. Siguiendo con el trayecto del viaje, llegamos a San Luís a las 2:30 pm. Estando allí, bajamos a pedir el servicio del baño y a comunicarnos con nuestras familias con tan mala suerte que no había señal

A las 5: 30 pm, llegamos al cruce, y nos bajamos en compañía de dos señores y dos muchachos, con quienes habíamos conversado durante el camino y quienes nos comentaron detalles de la vereda, pues ellos viven ahí. Nos ofrecieron su ayuda y hospedaje en la casa de Don Tomás, quien nos ayudó a llevar las maletas en una mula que tenía en el cruce para transportar su carga.



De esta forma, Cristian el hijo de Don Tomás nos cargó el equipaje en la mula, pues cada una llevábamos tres maletas y dos colchonetas, las cuales eran muy pesadas para cargarlas en la mano .En ése momento, Don Tomás y Ramiro, otro muchacho que nos acompañó, nos dijeron que debíamos caminar 2 horas, para llegar a Omega. Muy cansadas y preocupadas por las pésimas condiciones de la carretera, emprendimos la larga caminata. No obstante la variedad de paisajes, la tranquilidad del ambiente, impregnó nuestro espíritu de paz y nuestros corazones de esperanza y amor hacia nuestra labor. En el transcurso continuamos las conversaciones con Don Tomás, quién estaba sorprendido por nuestro cansancio, debido a que ellos tienen un buen rendimiento físico.



LA LLEGADA

El primer lugar al que arribamos fue a la finca de Don Tomás, en donde descansamos unos minutos y conocimos a su familia, la cual es muy numerosa. Al punto de ser las 7:00 pm, nos invitaron a cenar para luego seguir nuestro camino. Nos sorprendimos mucho, cuando pasamos al comedor y observamos la gran cantidad de comida que nos habían servido. Poco a poco, comimos este delicioso sancocho y emprendimos el camino a casa de Don Alcibíades, rector de la escuela, quien sería la persona que nos ubicaría en alguna habitación o recinto de la vereda.


De esta forma, llegamos a las 8: 30 pm, luego de este largo camino y la oscuridad de la noche, en compañía de Cristian. Arribamos a la casa de los Pérez, quienes nos habían bajado las colchonetas, en ese momento llegó Don Alcibíades y hablamos con él sobre nuestro hospedaje. También observamos la iglesia, la escuela las cuales se encuentran en la parte central de la vereda.











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